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* Por Fernando J. Ruiz, expresidente de FOPEA.
El nuevo informe anual del monitoreo de FOPEA revela que la situación del país ha iniciado un ciclo donde es posible que crezcan las restricciones y agresiones a los periodistas, lo que puede llevar a enfrentar desafíos mayores a los vividos desde el inicio de la recuperación democrática.
En especial son tres las tendencias que se han agravado en forma notable, las que en forma conjunta potencian sus efectos.
La primera tendencia se ha potenciado desde que asumió el nuevo presidente Javier Milei. Así como lo hizo en su corta carrera política, tiene el gatillo fácil para disparar insultos y agravios sin discriminación contra diferentes figuras públicas, y esto incluye también a los periodistas que no se muestran afines. La narrativa estigmatizante hacia los periodistas forma parte central de su discurso político. Desde ese punto de vista, desde la contracara ideológica, La Libertad Avanza es un espejo invertido de la relación del kirchnerismo con la prensa.
La segunda tendencia es el colapso de la pauta oficial y privada. Esa crisis doble de financiamiento desequilibra la balanza entre libertades y necesidades de un medio, y lo hace más dependiente de sus escasas fuentes de financiamiento. La libertad periodística necesita una sustentabilidad que cada día se hace más difícil de alcanzar. Por lo tanto, los márgenes de autonomía se reducen.
Y esa reducción de autonomía no es solo un problema de los periodistas, sino que también pierden visibilidad muchas voces que tienen al periodismo profesional como plataforma para realizar sus demandas y pedir sus derechos. Como siempre ocurre, limitar la libertad periodística es extender un manto de oscuridad y silencio sobre muchas personas y grupos sociales diversos.
La tercera tendencia es sin duda la más grave. FOPEA relevó que, durante el 2023, las agresiones del narcotráfico se han extendido más allá de Rosario. Por lo tanto, no solo es más grave la situación en esa ciudad, sino que también se está desbordando hacia otras zonas del país. Además, como el gobierno actual parece decidido a realizar una política represiva más activa contra el crimen organizado, la experiencia regional indica que las reacciones de los criminales serán también más violentas.
Estas tres tendencias son un desafío mayor para FOPEA por el grado de magnitud que tienen, lo que es algo completamente nuevo en la historia de la organización. Y esta es una razón para entender que, más que nunca, es necesario fortalecer a FOPEA como una comunidad profesional que piensa y actúa para la defensa del periodismo en todas sus dimensiones.
En aquellos países donde hay una organización profesional fuerte existe una barrera de protección mayor del trabajo de los periodistas.
