Por Max Alfredo Berenfeld
El Gobierno provincial está en todas partes en Formosa. Acá también se baja el mismo guión kirchnerista sobre el Estado protector y la defensa colectiva de los derechos.
Con esa línea, se construyeron varios estadios de fútbol para clubes barriales, también las sedes de colegios de profesionales, y hasta a la CGT le edificó un espléndido edificio que, hasta hace tres años, era valuado en 500 millones de pesos.
El Colegio de Magistrados y Funcionarios del Poder Judicial provincial también se benefició con el manto protector de las políticas públicas del gobernador Insfran.
El empleo público es la gran ambición de los jóvenes, también de los profesionales: abogados y médicos, por ejemplo, regresan a la provincia, firman la afiliación, son apadrinados o parientes de un funcionario, y dan por resuelta una parte importante de la vida, aunque sus ingresos no superen los 300 mil pesos.
Muchos jueces, fallan contra periodistas, y les ordenan no hablar más de determinados funcionarios, y hasta son obligados a no acercarse a ellos y a sus propiedades.
Este estado de cosas, a lo largo de casi tres décadas fue profundizándose, hasta casi constituir la nueva raíz cultural del formoseño, aunque no de todos, pero si de una gran mayoría.
Tal vez como en ningún lugar del país, acá si no se aplauden estas políticas, se está en contra de ellas; entonces sus derechos quedan limitados al estado de animo de la autoridad.
Hay una particular valoración del régimen jurídico, que, obviamente, apunta a proteger a quienes son parte del gobierno.
Los medios tradicionales, principalmente, las radios transitan el mismo mensaje protector; pocos ignoran por donde pasa la connivencia.
En casi 35 años de periodismo, jamás pude entrevistar al gobernar Gildo Insfrán; en ese tiempo sólo pude formularle tres consultas, en distintos actos públicos, entre empujones y golpes de sus patovicas y periodistas adeptos.
En una de ellas reaccionó con su reconocida prepotencia: “Ja, la incoherencia de su pregunta”, embistió, y miró a otro colega esperando la próxima pregunta. Acomodarse, conjeturar, imaginar, y resignarse a tiempos mejores parece ser el presente y futuro inmediato del verdadero periodismo en Formosa.