El Foro de Periodismo Argentino (FOPEA) ve con preocupación la insistencia del presidente de la Nación, Javier Milei, en demandar a periodistas, lo que se evidencia en la apelación presentada contra el cierre de dos querellas penales y la presentación de seis nuevas demandas contra comunicadores en los últimos días. Esto se suma a la demanda civil que un militante libertario, retuiteado asiduamente por el presidente, mantiene contra otro colega.
FOPEA interpreta esta campaña de acciones judiciales como una estrategia tendiente a provocar temor y autocensura en los colegas en general, con el consiguiente perjuicio para la libertad de expresión y el derecho de la ciudadanía a contar con una información libre, completa y veraz de lo que sucede.
Las restricciones, amenazas, hostigamiento digital, insultos y demandas judiciales, cuando provienen de lo más alto del poder y de sectores allegados a éste, atentan contra uno de los principios esenciales del sistema republicano que es el respeto a la libertad de expresión, al disenso y a la crítica, que los gobernantes y figuras públicas están obligados a tolerar. Pueden responder con argumentos, pero utilizar la fuerza del Estado y las instituciones judiciales –en especial el fuero Penal- implica un abuso de autoridad y un intento de amedrentar y acallar voces críticas y disidentes. El uso del fuero Penal en causas por calumnias o injurias en temas de interés público ha quedado fuera de la legislación argentina desde 2009, año en que el país acató la resolución de la Corte Interamericana de Derechos Humanos que lo condenó en relación al caso planteado por el periodista Eduardo Kimel.
Por añadidura, esta serie de demandas judiciales se produce en el marco de una creciente campaña de hostilidad contra el periodismo en general que incluye mensajes de odio y la frase que el presidente repite a diario “no odiamos lo suficiente a los periodistas”.
FOPEA llama a la reflexión al presidente de la Nación, instándolo a mantener un trato respetuoso con los periodistas y a respetar la libertad de expresión y el honor de las personas.
Al mismo tiempo, FOPEA advierte a comunicadores y periodistas de todas las plataformas que el ejercicio de la libertad de expresión en el periodismo debe realizarse de acuerdo a las normas éticas de la profesión, entre las cuales se cuentan la búsqueda de la verdad, el respeto a la vida privada, el uso moderado del lenguaje, el chequeo de los datos y la fundamentación de la opinión, sin avasallar derechos de terceros. El periodismo tiene como eje el bien común, no es su objetivo ser vocero ni militante de una facción de la opinión política, sea ésta oficialista u opositora. Tal cual señala el Código de Ética de FOPEA “El buen gusto es un valor periodístico, por lo que la estridencia innecesaria, la vulgaridad y la morbosidad son actitudes a evitar”.