El fallo de este caso determina que la libertad de prensa no es absoluta por lo que debe responsabilizarse al medio periodístico cuando, mediante la publicación de una noticia errónea, lesione la reputación de una persona; y en estos casos para eximirse de responsabilidad el medio deberá mencionar la fuente, utilizar un tiempo de verbo potencial o hacer reserva de la identidad del implicado.